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domingo, 28 de agosto de 2011

Lucha Olímpica

La lucha es tan antigua como la existencia del hombre. Desde los documentos mas antiguos que se conservan vemos como al ser humano lucha para sobrevivir, para alimentarse, para todo, por que a fin de cuentas la vida es lucha. No ha habido deporte con mas utilidad para nosotros que el atletismo y la lucha, por algo están considerados como primer y segundo deportes olímpicos.
Lucha es una disciplina deportiva y un deporte de combate existente desde milenios. Existe un enorme número de variedades pero se pueden distinguir tres principales: la Lucha Libre o Lucha Libre Olímpica (LL), la Lucha grecorromana (GR) y la Lucha Femenina. Las tres se engloban dentro del término Lucha Olímpica o Luchas Olímpicas.


La lucha es un deporte en el cual cada participante intenta derrotar a su rival sin el uso de golpes. El objetivo consiste en ganar el combate haciendo caer al adversario al suelo y manteniendo sus dos hombros fijos sobre el tapiz o ganando a los puntos. Existe sin embargo reglas particulares según los distintos estilos.


No existe un origen común para la lucha, ya que todos los pueblos, en todas las épocas, han tenido alguna forma de lucha.

En España han sobrevivido dos formas de luchas tradicionales muy arraigadas: la Lucha canaria y la Lucha leonesa, y otras dos más desconocidas: el Aluche cantabro y la Lucha baltu de Asturias.

Lucha Canaria                             Lucha Leonesa

Aluche                                               Baltu

La lucha se introdujo en los Juegos Olímpicos de la Antigüedad en el 776 a. C. pero ya existía antes y era conocida por todas las civilizaciones. En efecto se encontraron representaciones de luchadores en las civilizaciones acadia y sumeria.

Las primeras informaciones auténticas sobre la lucha se remontan al tiempo de los sumerios. “El Poema de Gilgamesh” escrito alrededor del 2.300 a. C., nos hace el relato de competiciones de lucha propia de ese periodo. En Babilonia existen pruebas arqueológicas como una figurilla de bronce (2.600 a. C.) y de competiciones en honor al dios Marduk. Los hititas también la practicaban y conocían. En el Antiguo Egipto también han aparecido pinturas y relieves que nos hablan de la lucha como en la tumba de Petah Hotep en Saqqara (2.300 a. C.) o un mural auténtico manual de lucha en Beni Hassan (2.000 a. C.).


En Creta en Hagia Triada se ha encontrado un relieve con escenas de lucha del periodo minoico (1.600 a.C).


Los etruscos también nos muestran murales de luchadores en acción en murales de tumbas (s. VI a.C) como los de Tarquinia y otros lugares.





Grecia antigua, la lucha tenía un lugar principal en las leyendas y la literatura. Según determinados mitos, las leyes de dicho deporte habían sido entregadas a los hombres por la diosa Atenea, a través el héroe Teseo. En otras leyendas, se afirma que la lucha había sido inventada por Heracles, por Hermes, por su hija Palestra, etc. Aquí está la razón por la cual no es extraño que la lucha haya sido deporte fundamental no sólo en los juegos olímpicos antiguos, sino en todos los juegos realizados a través de la antigua Grecia. Homero (Siglo VIII a. C.) nos relata en el canto XXIII de su Ilíada el combate entre Áyax Telamonio y Odiseo, y también hace referencia a ella en el canto VII de la Odisea.


Otros autores que hablan de la lucha son Platón, Pausanias, Filostrato, Plutarco, Heliodoro, etc.. También en la pintura y escultura aparece reflejada, muchos frescos y decoraciones de cerámica, bajo relieves y esculturas dejan ver momentos de combates.

  

Los romanos también practicaban la lucha en su preparación física, y aunque ya en 186 a. C. se celebraron juegos atléticos (entre ellos la lucha), Augusto les diese un gran impulso, continuaran con Calígula y Claudio, y alcanzasen su apogeo con Nerón (s. I d. C.), el pueblo romano no entendió el concepto agonístico del deporte y siempre vio estos juegos como espectáculo, prefiriendo otras emociones más fuertes como los combates de gladiadores, las carreras de carros o los enfrentamientos con bestias.
  
Japón tiene también una larga tradición de lucha antigua de más de 2.000 años: el primer combate encontrado en los anales japoneses se remonta al 23 AC.

La Biblia en el Génesis nos describe el combate mítico entre Jacob y el Ángel que le vale el cambio de nombre a Israel.

En España, ya Estrabón (s. I a. C.) en el libro III de su Geografía que habla sobre Iberia nos hace referencia a que los pueblos del norte practicaban luchas gimnásticas. San Isidoro de Sevilla en el libro XVIII de sus Etimologías nos describe la lucha como una disciplina en la educación de los nobles visigodos (s. VII).

A la Edad media, la lucha sigue siendo popular y se beneficia del patrocinio de numerosas casas reales, especialmente en Inglaterra, Francia y Japón. Es practicada ampliamente por la aristocracia feudal, siendo un parte importante de la educación de los nobles, pero dada su accesibilidad servía igualmente al endurecimiento físico y moral de los campesinos y soldados, que además hacían concursos durante las festividades. Así Alfonso X El Sabio la nombra en el Libro de los juegos (1.283), entre los juegos de la época.

Fabien Auerswald, “El arte de luchar”
Durante la segunda mitad del siglo XV, fueron redactados en Alemania los primeros manuales de lucha. El más antiguo se fecha en 1443, y por primera vez fue impresa la obra de Fabien Auerswald, “El arte de luchar”, en 1539 en Wittenberg. La Lucha se practicaba en los medios aristocráticos y en la educación de sus hijos. Épico fue el combate en 1520 entre el Rey de Inglaterra Enrique VIII y el Rey Francisco I de Francia. Numerosos escritores nos hablan de la lucha: Cervantes, Fray Luis de León, Jorge de Montemayor, Gil Polo, el Marqués de Santillana, etc; y fuera de España: Dante, Geoffrey Chaucer, Ludovico Ariosto, Torcuato Tasso, ...

La lucha también aparece recogida por Ginés Pérez de Hita, uno de los cronistas de la guerra de los moriscos, en la 2ª parte de su libro Guerras Civiles de Granada, cuando Abén Humeya, rey de los moriscos sublevados, convocó un combate de lucha, que se asemeja a la lucha turca (Yagli Gures), en el municipio almeriense de Purchena en septiembre de 1569. Además de lucha, convocó una serie de pruebas deportivas y musicales en lo que dio por llamar Juegos Moriscos. Estas pruebas, incluida la lucha, se han recuperado en los últimos años y es posible asistir y participar anualmente en la competición de lucha cada año a principios del mes de agosto en la citada ciudad almeriense.


En otras regiones, ya se le conoce desde hace tiempo, Mongolia, por ejemplo, posee una larga tradición de lucha. En la India y Pakistán nacieron numerosos luchadores famosos. Casi todos los países desarrollaron su propio estilo de lucha, son las luchas tradicionales o luchas autóctonas: el Sambo en Rusia, el Schwingen en Suiza, el Glima en Islandia y el Yagli Gures (Turkish Oil Wrestling) en Turquía, donde la tradición es muy antigua.




En España tenemos la suerte de contar con cuatro tipos de luchas autóctonas, dos muy populares: la Lucha leonesa y la Lucha canaria; y otras dos un poco menos: la Lucha baltu y el Aluche cántabro. Ambas practicadas desde tiempos inmemoriales, tienen sus primeras referencias escritas en los siglos XV y XVI.


LUCHA LIBRE ACTUAL, imágenes:













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